Hola chicos!!!
Hoy os quería enseñar esta tarta que me encargaron unos amigos para el cumple de Pedro, su tercer cumpleaños. La tarta tenía que ser de la temática de sus dibujos favoritos, los Chuggington, unos dibujos animados sobre trenes, y en especial su personaje preferido, Emery. Yo no conocía estos dibujos, así que a raíz de una imagen de Emery creé esta tarta.
La tarta por dentro fue de sabor a chocolate con relleno de chocolate blanco, tenéis la receta aquí.
Lo primero que hice fue forrar los bizcochos con fondant verde, y en este caso también forré la base.
Para poner el nombre del peque imprimimos el logo de los Chuggington en papel de azúcar, y lo reemplazamos por el nombre y la edad.
Con fondant marrón hice rectángulos, y con una esteca de punta fina le hice marcas para simular la madera. Los fui colocando por la tarta, de forma paralela, para crear la vía del tren. También fui añadiendo unas florecillas que hice con unos cortadores.
En los laterales hice las puertas de los túneles, con fondant marrón y naranja, y la otra a la inversa.
En la base, hice otra vía que rodeaba la tarta, de igual manera que la de la tarta, con rectángulos marrones colocados de forma paralela. Con un par de tiras largas de fondant negro a cada lado de las maderas di el toque final a las vías.
A los lados de los tunes puse señales de trafico que también imprimí en papel de azúcar. Y que dieron un toque muy original a la tarta.
También puse mariquitas, abejas, flores, piedras… Repartí los pequeños detalles por la base y la tarta, sin llegar a recargarla. Dando un toque primaveral e infantil a la tarta. Para algunos detalles como la boca de las abejas o los detalles negros de las mariquitas utilicé un rotulador negro de tinta comestible.
A Emery, le hice el día de antes, para que fuese secando. Lo hice completamente de fondant, con la idea de que lo guardase para el recuerdo, en vez de que se lo comieran. A parte, como me dijo el padre, cortar a Emery hubiera sido un drama… Lo pinté con pintura comestible plateada, aplicada con un pincel. Cuando estuvo seco lo coloqué sobre las vías.
También puse un árbol, que sujeté con un palillo. Con una esteca hice las marcas del tronco. Pegué unos circulitos rojos para que parecieran manzanas.
Y ya teníamos la tarta terminada, este fue el resultado final visto desde distintos ángulos…
Lo mejor de esta tarta, sin duda, es saber que hicimos feliz al peque con la tarta de sus dibujos favoritos el día de su cumple. Así que me despido hasta la próxima con esta frase del papá… «La ilusión de los más pequeños se despierta con la más bonita de las tartas». Mil gracias a Miguel y Laura por dejarme hacerla.
Have a sweet day!!!