Hola a todos!!!
Hoy traigo una receta que me encanta, en cualquier formato, en muffins, cupcakes, tartas… Ese sabor… como lo puedo explicar, es como el de la carrot cake, que me vuelve loca. La receta son unos muffins de calabaza especiada. Simplemente para volverse loco.
Ya sé que ahora no es temporada de calabaza, pero hoy en día ya es muy fácil encontrar cualquier producto en cualquier temporada. Así que no os preocupéis que seguro que podéis hacerla.
Con estas cantidades os saldrán 6 muffins de calabaza.
Ingredientes:
60 gr de azúcar
140 gr de harina
100 gr de calabaza
10 gr levadura
1/2 cucharada de canela
1/2 cucharada de jengibre
1/2 cucharada de nuez moscada
1 pizca de sal
1 pizca de bicarbonato
1 huevo
125 ml de yogur líquido
3 cucharadas de aceite
Elaboración:
Lo primero que hacemos es precalentar el horno a 200ºC.
En un bol ponemos los ingredientes líquidos, es decir, el huevo, el yogur líquido de sabor natural, y el aceite. Mezclamos.
En otro bol aparte ponemos los ingredientes sólidos, es decir, la harina, la levadura, el bicarbonato y la sal, previamente tamizados.
Pelamos la calabaza, y la cortamos en trocitos pequeños, también podéis rallarla, lo que más os guste, la añadimos a los ingredientes líquidos y mezclamos.
Incorporamos la canela, el jengibre y la nuez moscada y removemos para que se integren.
Añadimos los ingredientes sólidos a los ingredientes líquidos y mezclamos.
No se trata de batir, simplemente mezclar para que los ingredientes se integren, no hay que excederse mezclando porque nos interesa que quede aire en la masa para que los muffins se deformen un poco y no queden lisitos como los cupcakes.
En una bandeja para muffins ponemos las cápsulas que hayáis elegido, yo he usado unas de papel marrón, que le dan a los muffins un toque muy chulo. Con un dispensador de bolas de helado llenamos las cápsulas con cuidado de no manchar mucho los bordes de las cápsulas.
Metemos en el horno durante unos 15 – 20 minutos. Yo los suelo tener en el horno 18 minutos, pero eso ya depende de cada horno. Para comprobar que están listos los pinchamos con un tester y si sale limpio ya los podemos sacar.
Los dejamos enfriar en una rejilla, ya fuera del molde, no los dejéis mucho rato en el molde porque se sobrecocinan y las cápsulas se pueden despegar.
Una vez fríos ya nos los podemos comer… que ricos!!
Hasta la próxima y have a sweet day!!!